EUROPA
PRESS
10 septiembre
2018
Exceso
de peso, baja forma física y manchas en la piel: las preocupaciones de salud
después del verano
Estos días son duros por la vuelta a la
rutina que lleva aparejada septiembre. Pero, de la misma forma que estos días pueden
transcurrir entre recuerdos veraniegos, preparativos y nuevos proyectos,
también pueden aparecer preocupaciones en torno a la salud debido a los excesos
que se han podido cometer durante la época estival.
"Aunque el verano tiene aspectos positivos para la
salud, el descanso y la desconexión con el mundo laboral y sus problemas
diarios permite a nuestra mente centrarse en actividades de carácter lúdico que
la ayudan a cargar nuevamente energías, las vacaciones también pueden
condicionar otros efectos menos saludables", ha indicado el jefe del
servicio de Medicina Interna de Vithas Xanit, el doctor Juan Carlos Gavilán.
Durante las vacaciones se producen modificaciones
sustanciales en nuestros hábitos saludables, cuyo descuido provocan un
resentimiento de la salud, que se constituye como la principal preocupación con
la vuelta a la rutina, indican desde el servicio de Medicina Interna del
Hospital Vithas Xanit.
Dentro de la salud, concretamente, el exceso de peso y la
baja forma física, además de las manchas en la piel, son las principales
preocupaciones que encuentran los especialistas en los pacientes cuando llega
septiembre.
- Comida saludable y ejercicio. "El incremento de peso
es una de las consecuencia de las frecuentes visitas al restaurante y al
chiringuito, así como del consumo de una mayor proporción de alimentos fritos,
grasas y con alto contenido en azúcares, como helados", ha indicado el
doctor Gavilán. "Si a esto sumamos el frecuente descenso de actividad
física y el aumento del consumo de alcohol, la vuelta al trabajo suele ir
acompañada de unos kilos de más y de un cierto deterioro en nuestro fondo
físico", ha añadido el experto.
Ahora es el periodo donde suele tomarse conciencia de todo
ello y se está predispuesto a poner en marcha una serie de medidas,
generalmente basadas en dietas y programas de ejercicios, que permitan
recuperarnos de algunos de los excesos del verano.
"Sin duda, es buena idea aprovechar esta predisposición
mental a la vuelta a hábitos rutinarios saludables tras el periodo de descanso,
pero es conveniente diseñarlo con sentido común y evitar programas de dieta y
ejercicios drásticos, a corto plazo, que habitualmente se abandonan de forma
prematura y que, a veces, en función de la edad, patologías de base y estado cardiovascular
basal de las personas, podrían llegar a tener efectos nocivos", ha
recordado el doctor Galván.
En este sentido, la vuelta a dietas saludables sostenibles,
basados en un incremento en el consumo de verduras y hortalizas, evitando
alimentos grasos y de alto contenido de azucares, bebidas alcohólicas y una
adecuada hidratación constituyen un pilar esencial.
El inicio de un programa de ejercicios físicos,
preferentemente aeróbicos, con carácter progresivo y ajustado al nivel físico
previo, edad y salud cardiovascular de las personas resulta lo más adecuado. En
este contexto, es necesario recordar que la práctica de ejercicio físico diario
reduce considerablemente el riesgo de enfermedad cardiovascular, según
especifica la Fundación Española del Corazón.
"En este sentido, la realización de un chequeo médico
previo, especialmente en personas de edad intermedia y mayores, en las que se
evalúe la función cardiovascular y la posible existencia de patologías
prevalentes como hipertensión, diabetes o anemias, son recomendables y ayudan a
detectar y corregir problemas clínicos que de otra forma pasarían
desapercibidos, al tiempo que nos asegura que el inicio de la actividad física
progresiva se hará de una forma segura", ha recomendado el experto.
¿Y la piel?
- Cuidados de la piel tras la exposición solar. La piel es
otra de las grandes castigadas del verano. Arrugas, falta de luminosidad,
descamación o flacidez son algunas de las consecuencias derivadas de la
excesiva exposición solar a la que nos sometemos en verano. Por eso, más del 70
por ciento de las consultas por manchas en la piel se producen después del
verano, según se informa desde el Servicio de Dermatología del Hospital Vithas Xanit Internacional.
"Es importante después del verano llevar a cabo una
hidratación continua e intensiva de nuestra piel para que se recupere, así como
una limpieza diaria para eliminar la piel muerta, más abundante después de los
meses de calor. Recuperar un buen descanso nocturno, y retomar una alimentación
equilibrada también pueden ayudarnos a la recuperación de la piel después del
verano", ha explicado el jefe del servicio de Dermatología del mencionado
hospital, el doctor Enrique Herrera Acosta.
Ha añadido que "es muy recomendable también aplicarse
una mascarilla hidratante todos los días durante un mes, utilizar serum y productos dermocosméticos
con vitamina C, un antioxidante muy eficaz para neutralizar los radicales
libres que aceleran el envejecimiento de la piel".
En este sentido, la Agencia Española de Dermatología y
Venereología aconseja, de igual modo, que tras el verano se siga utilizando a
diario protector solar y, en el caso de utilizar cosméticos, se usen con
productos queratolíticos a base de ácido retinoico o hidroxiácidos y aplicar 'peelings'
superficiales o medios realizados por dermatólogos.